lunes, 7 de junio de 2021

 SOLEMNE TRIDUO AL CORPUS CHRISTI 

Iniciamos el mes de junio de 2021, con un Solemne Triduo para prepararnos a la Solemnidad del Corpus Christi, durante los días 4, 5 y 6. Como cada año durante esta fecha, la Iglesia católica honra el sacrificio de Jesús, y nosotras hijas de Santa Clara, con más razón al ser una comunidad Eucarística, que mantenemos la Exposición Diurna del Santísimo Sacramento. 

Después de transcurrir 60 días después del Domingo de Resurrección, celebramos, ensalzamos, alabamos, enaltecemos, y damos gracias por habernos redimimos con su cuerpo y sangre y permanece con nosotros hasta el fin del mundo. 


El primer día del triduo coincidió con el Primer Viernes del mes de junio, donde lo celebramos todo el año con gran dedicación y amor al amor Misericordioso de Dios.

Los dos primeros días lo celebramos a la 13.00 h. y el domingo a las 12.00 h. continuando con la Santa Misa. 

Nos acompañó en estos día el Padre capellán de nuestro monasterio, el Rvdo. Sr. D. Francisco José Trabadela Gómez. En estos tres días que presidió y presentó unas breves reflexiones llenas de unción y amor a Jesús Sacramentando. 

Apoyó sus homilías en la liturgia del Papa Emérito Benedicto XVI, para esta fiesta del Corpus Christi, desarrollando en estos tres días, tres elementos esenciales con el encuentro del Corpus Christi: 

-         La reunión comunitaria ante el Señor. La reunión de la Eucaristía es una reunión de hermanos. En ella hablamos con Él, y escuchamos su Palabra, dándose como comida en la Eucaristía.

-         Caminara hacía y con el Señor. El Señor se encuentra muy a gusto entre nosotros y debemos descubrirle en el día a día. Contó un precioso cuento de un príncipe, en atención de los tres niños y una niña que hicieron su Primera Comunión.

-         Arrodillarnos ante el Señor. La adoración y alimentarnos de la Eucaristía. Podemos adórale y glorificarle, pues esto no está en contra de la dignidad humana; sino que el ser humano al hacerlo crece en dignidad. Somos creados en cuerpo y alma, y si dejamos de adórale llegamos o nos quedamos en materia. 

¡Qué días tan dichosos, recordamos la Última Cena del Jueves Santo, donde Jesús con sus discípulos instituyo este memorial sacramento, y nos invitó hacerlo en memoria suya!






 


 


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