El convento de las Descalzas de Badajoz estrena una vidriera de Peter Thomas Kampfl
Ha sido realizada utilizando las mismas técnicas
que se empleaban durante la Edad Media
El convento de las Descalzas estrena una vidriera
Ha sido realizada por Peter Thomas Kampfl utilizando las mismas técnicas que se empleaban durante la Edad Media
EVARISTO FDEZ. DE VEGA
BADAJOZ.
Peter Thomas Kampfl, el especialista en vidrieras asentado en Badajoz desde hace años, ha colocado esta semana una nueva vidriera en el convento de las Descalzas. La pieza, realizada artesanalmente en su taller, embellece el hueco dejado por la vidriera que resultó dañada meses atrás al ser lanzado un objeto.
La vidriera recién instalada le ha llevado dos meses y medio de trabajo, tiempo suficiente para crear el diseño, presentar la idea a la comunidad religiosa, cortar cada una de las piezas de vidrio que componen su creación, darle color con técnicas similares a las que se utilizaban en la Edad Media, ensamblarlas, introducirla en una cámara cerrada herméticamente para protegerla y colocarla en el vano de la fachada.
Peter Thomas ha explicado que la intención primera era restaurar la vidriera dañada, una actuación que le fue encargada después de que un particular donase el dinero que exigía la reparación. Pero de esa idea inicial se pasó al proyecto de creación de una vidriera completamente nueva en la que se representa una custodia protegida por dos ángeles.
El coste era superior pero ese donante privado y la aportación realizada por fieles que acostumbran a asistir a los oficios religiosos que se celebran en este templo hizo posible reunir el dinero necesario.
Del resto se ha encargado Peter, que este jueves concluyó la colocación de la vidriera en el templo de las Descalzas. Para ello utilizó un andamio que le permitió trabajar en altura con comodidad.
El proceso de creación se ha adaptado al modo de trabajar de los maestros vidrieros de la Edad Media. En esa época se cortaba el vidrio tal y como se hace en la actualidad y después se le daba color con distintas técnicas. Una de ellas es la pintura de grisalla, que exige calentar la pieza a 650 grados de temperatura.
En aquella época las vidrieras se colocaban directamente en las ventanas pero ahora se introducen en una cámara hermética de vidrio transparente que «las hace eternas».
La vidriera recién colocada en las Descalzas pesa más de 50 kilos con la cámara de aislamiento y se suma a las creaciones de este mismo artista que ya lucen en la Catedral de Badajoz y otros templos de la ciudad y su provincia.
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