HORA SANTA
Badajoz, 3 de abril de 2024
El tercer día de la octava de Pascua, acogimos en el templo de nuestra iglesia al grupo pacense de Hakuna.
Esta Hora Santa del 3 de abril de 2024, fue desde las 20.30 h. a las 21. 30 h.
Siendo puntual en su comienzo el Muy Iltre. Sr. D. Pedro Fernández Amo, la inició con una bella y sencilla meditación sobre la Resurrección del Señor; como no podía ser de otra manera en este tiempo Pascual que acabamos de iniciar. Animando a los jóvenes a ser testigos del Resucitado y para que en esta noche pudieran experimentar y sentir que Jesús, está vivo en el trozo de Pan consagrado que en breve se iba adorar. Les indicó que lo reconocieran como en el evangelio de hoy, con los discípulos de Emaús, en la fracción del pan.
Contó una bonita experiencia sobre su última peregrinación a Tierra Santa, -el año pasado, antes de comenzar la guerra-, de haber podido permanecer toda una noche en el sepulcro de Jesucristo, donde se llevó a cabo la Resurrección. Confesó que estos últimos días visto varios documentales sobre la Sabana Santa, y reafirmó que la misma nos dogma de fe, pero lo que dejó en el lienzo sagrado, concuerda con la narración de los evangelios.
Al terminar una joven de Hakuna, desde el ambón dio unos brevemente avisos y al termina el sacerdote bajó al Santísimo de su expositor habitual y lo colocó sobre el altar, donde detrás de la custodia colocó un foco para iluminar. Desde el fondo de la iglesia parecía que salían unos rayos de luz desde el viril. Desde este momento los jóvenes entonaron un precioso canto de alabanza y se apagarán todas las luces del templo.
Hubo largos ratos de oración en silencio, alabanzas y cantos. También un joven leyó el evangelio de la Resurrección del Señor y una joven narró un testimonio alegórico con el nombre: “el Dios de la primavera”.
Durante este tiempo estuvieron dos sacerdotes confesando a quienes lo desearon.
Llegando las 21.30 h. se incensó al Santísimo y D: Estanislao portando la custodia de fiesta, fue dando la bendición con el Señor, por todos los jóvenes que estaban ocupando la mayoría de los bancos de la iglesia, mienta un canto mantra iba calentando nuestras almas.
Al depositar al Santísimo en el sagrario, comenzaron las luces alumbrar todo el templo, y los jóvenes se entrelazaron sus brazos, y con mucho fervor cantaron su canto a Santa Mª de Hakuna. Fervorosos aplausos y gritos de “Viva Jesús”, “Viva María”.
Una gozada de oración, donde las hijas de Santa Clara, pudieron ver a nuestra Iglesia Diocesana viva, y el fervor de los jóvenes de nuestra ciudad.
También nosotras caminamos como los discípulos de Emaús, y las Sagradas Escrituras calentaron nuestro corazón, y le reconocimos vivo en el Pan Eucarístico.
En Alabanza de Cristo.
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