7 de abril de 2024
En el tiempo Pascual celebramos en nuestra iglesia la Fiesta de la Divina Misericordia, que le precedió la novena que iniciamos el Viernes Santo.
Jesús, le dijo a Santa Faustina: “Deseo que la Fiesta de la Misericordia Divina sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores”. (Diario 699)
El segundo Domingo de Pascua, el día 7 de abril de 2024, a las 12.10 h. iniciamos desde el coro bajo del convento la gozosa Fiesta de la Divina Misericordia, donde se explicó el sentido de esta fiesta, se rezó la Coronilla, la Consagración y escuchamos el mensaje de Jesús, en un MP3.
El Rvdo. Sr. Capellán D. Francisco José Trabadela Gómez, dio la Bendición con el Santísimo y lo Reservó en el sagrario. A las 12.30 h. comenzó la Santa Misa.
En este día predicó menos de lo habitual; pero la doctrina que expuso sintetizó perfectamente el significado de este día de gracia.
Esta fue su homilía: “Queridos hermanos todos que nos cobijamos bajo el manto de la Misericordia Divina, en este Domingo II de Pascua.
El evangelio de San Juan narra que Jesús Resucitado, se aparece a sus discípulos encerrados en el Cenáculo, al atardecer del primer día de la semana, y que se les manifestó primeramente a ellos, en el mismo lugar ocho días después; por tanto desde el inicio la comunidad cristiana comenzó a vivir el ciclo semanal marcado con el encuentro del Señor Resucitado.
Así lo subrayó el Concilio Vaticano II, afirmando la Constitución Sacrosántum Concílium: “La Iglesia desde la tradición apostólica que tiene origen en el mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el misterio Pascual cada ocho días, en el día en el que se llama con razón, día del Señor o domingo.
El evangelista recuerda que en ambas apariciones el día de Resurrección y ocho días, el Señor, mostró al principio los signos de la Crucifixión, bien visibles y tangibles, también su estado glorioso. Esto lo aclara en las manos, en los pies, y en el costado. Son un manantial inagotable de fe, de esperanza, y de amor, a los que cada uno puede acudir especialmente las almas más sedientas de la misericordia divina.
Por eso SS. el Papa San Juan Pablo II valorando la experiencia espiritual de una humilde religiosa Santa Faustina W. quiso que este Domingo de Pascua, se dedicará de mondo especial a la Misericordia Divina, y la providencia dispuso, que el mismo (precisamente en la víspera de este día) en las manos de la Misericordia Divina acabó sus días.
San Juan Pablo II estaba convencido que el culto a la Misericordia Divina es una lección esencial en la vida del cristiano; forma parte de la fe y la oración de todo cristiano.
Que Mª Santísima nos ayude a gustar de la belleza del encuentro en el Señor Resucitado, fuente del amor misericordioso para todo ser humano”.
El templo se llenó más de lo habitual de fieles devotos de la Divina Misericordia.
“Hija, día que esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi misericordia para el consuelo del mundo entero”. Diario 1517
Misericordia Divina, yo Confío en Ti.
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